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imagen tomada de www.javierpiragauta.com/

La Hija de la Laguna

Publicado: 2015-09-01

El pasado jueves 27 de agosto tuve la suerte de asistir al estreno en cines del documental nacional “La Hija de la Laguna”. El filme muestra la resistencia campesina al proyecto minero Conga a través de la mirada de Nélida Ayay, mujer campesina que estudia derecho con el objetivo de lograr que se haga justicia frente a los abusos de Yanacocha. Nélida considera que el agua es la sangre de la tierra y que las lagunas tienen un importante valor espiritual, es decir, todo lo contrario a la visión occidental capitalista de que los recursos son mercancías. El entonces sacerdote y hoy pre-candidato presidencial Marco Arana aparece no solo como líder de la resistencia sino también como guía espiritual de Nélida. En ningún momento se recoge la opinión de quienes promueven el proyecto, ni se discuten los agudos problemas que atraviesa Cajamarca.  

Así, el documental no es, ni pretende ser, imparcial (ni tiene por qué serlo). Es en sí mismo notable que una obra así se proyecte en cines comerciales y que su realización haya contado con respaldo del Estado peruano a través del Ministerio de Cultura.

La historia de Conga se complementa con imágenes de una joyera holandesa y de pueblos mineros en Bolivia. A la mujer holandesa la vemos primero en su taller y luego en los campamentos mineros de Madre de Dios, a donde viaja para conocer la procedencia del mineral que trabaja. Este tránsito muestra de manera brutal el reverso de significado que define a la cadena del oro: desde el uso de joyas que expresan amor y refinación hasta la explotación sexual de menores y destrucción de bosques en Delta 1. Al final la joyera atina a decir que “ella no quiere ser hipócrita” y que “ahora solo quiere comprar oro sostenible, pero es difícil”.

Las imágenes de Bolivia muestran otras facetas de la actividad minera: por un lado vemos un pueblo donde hubo explotación minera y ahora no cuenta con agua; por otro lado, vemos a mujeres mineras trabajando un socavón con la perspectiva de mejorar las condiciones de vida para su familia. Estas historias complementan el hilo conductor de Nélida en Conga e ilustran la complejidad y diversas aristas que tiene la actividad minera. Mención aparte merece la perspectiva de género que tiene el documental: todas las protagonistas, en Cajamarca, Holanda y Bolivia, son mujeres.

“La Hija de la Laguna” contribuye a una mejor comprensión no solo del conflicto Conga sino en general de los conflictos mineros en el Perú. Como dije no es imparcial, pero no por ello menos valiosa. Al contrario, la obra nos permite mirar Conga desde la perspectiva de las personas afectadas por el proyecto, es decir, nos permite identificarnos con aquellos que la gran prensa (que tampoco es imparcial) presenta como los “revoltosos” o “terroristas antimineros”. Es pues, refrescante que algo así se muestre en los cines peruanos. Vale la pena ir a verla. Antes de que la saquen.

*Columna aparecida en esahora.pe el 31 de agosto de 2015


Escrito por

Juan Luis Dammert B.

Ph.D en Geografía (Clark University, Massachusetts) y Licenciado en Sociología por la PUCP.


Publicado en

Ecología Política

Todos los proyectos ecológicos son simultáneamente proyectos político-económicos, y viceversa. David Harvey.