Los censos son importantes y ojalá el gobierno le dé a este el uso que ha prometido: mejorar las políticas públicas. En teoría la información recogida servirá para que los programas del gobierno sean más efectivos y lleguen a quienes más lo necesitan. Dicho esto, la “efectividad” y las personas “más necesitadas” son construcciones políticas, más allá de los aspectos técnicos. Es decir, pueden usarse técnicamente para fines retrógradas y/o que profundicen desigualdades. Habrá que hacer seguimiento.  

Por lo que vi en redes sociales, noticias y mi experiencia personal con el censo, estimo que habrá un alto margen de error. Hay varias personas que dicen que no las censaron, o que les hicieron solo algunas preguntas. Hay personas en Miraflores que dicen que no fueron censadas, ¿se imaginan en zonas rurales? Hubo mucha desorganización, improvisación y desinformación. Al punto que la mayoría de gente no tenía claro si podía salir a la calle –un derecho fundamental.

En mi caso, el entrevistador era un estudiante de la escuela de suboficiales del Ejército que al llegar me explicó que él era un “voluntario obligado”, que estaba perdiendo su día libre para hacer este trabajo. No lo hizo mal, pero no estaba bien capacitado. Él asumía cuáles preguntas eran importantes, cuáles podía pasar a la volada, cuáles podía llenar sin preguntarme, y así. Asumió también que yo era el jefe del hogar, cuando en mi casa la jefa es mi esposa. En fin, un muchacho amable y bien intencionado, pero al final revisé el cuestionario y algunas cosas estaban mal llenadas. Calculo que en muchísimos otros casos habrá información mal llenada, que puede distorsionar los resultados.

Otra fuente de confusión, como ha sido harto discutido, es la pregunta de auto-identificación. Ahí no hay respuesta incorrecta, siempre que se haya entendido la pregunta: cómo te identificas. Dudo que haya habido criterios uniformes en los entrevistadores y entrevistados respecto a esa pregunta. Habrá que ver qué resultados arroja el censo, pero los tomaría con cierta cautela. Queda claro que es importante retomar el viejo debate sobre etnicidad en el Perú, que despierta tantas pasiones y saca tantos demonios.

Mención aparte merece la publicidad privada en los stickers y gorros oficiales. Por lo que entendí, el Estado optó por conseguir financiamiento privado para el censo a través de publicidad. Lo que lleva a la pregunta sobre el presupuesto: ¿no había financiamiento público que cubra el 100% de gastos? A mí me parece sorprendente que en una jornada cívica, que se entiende obedece a una política de Estado, se incluya publicidad privada. Sorprende más que haya publicidad de un candidato municipalidad y de la Universidad César Vallejo, universidad que no está licenciada por la SUNEDU, cuyo dueño es un político profesional presidente de un partido político que compite en elecciones. No solo hay stickers oficiales del Estado peruano con el logo de la UCV: el convenio implica que el Estado le facilitará la base de datos del censo a la universidad. ¿Le van a dar nuestra información personal a una universidad asociada con un partido político? ¿Información detallada pero anónima? Un tesoro para el márketing electoral. Y si la base que recibirán en verdad sí es pública, ¿para qué lo ponen en un convenio?

En resumen, un censo muy a la peruana. Como dije al inicio, ojalá sea útil para hacer más efectivas las políticas públicas. Pero queda claro que hay mucho por discutir, explicar y monitorear sobre este censo.