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carlincatura del 26 de diciembre de 2017, diario la republica

PPK, el traidor

Publicado: 2017-12-26

PPK llegó a la presidencia porque sectores decisivos del electorado prefirieron jugársela por un banquero antes que ver nuevamente al fujimorismo en el poder. El apoyo a PPK se dio a pesar del conocimiento histórico sobre su trayectoria de confusión entre lo público y privado, su carácter lobista y su apoyo abierto a Keiko Fujimori en la segunda vuelta del 2011. Hubo pues un salto de fe. Ya en el Gobierno, a pesar de su complacencia con el fujimorismo, desde el Congreso Fuerza Popular le planteó una lucha frontal al presidente, tumbando ministros, obstruyendo iniciativas del Ejecutivo y acelerando investigaciones por corrupción. Al presidente se le aconsejó reiteradamente enfrentarse al fujimorismo, que no se detendría hasta la vacancia. Pero PPK cedió y cedió, sin ningún ánimo de confrontar y sin mostrar un rumbo político claro. Con el pedido de vacancia se produjo una variante de lo sucedido en la elección: las mentiras del presidente se vieron como el mal menor frente a una “vacancia express” con perspectiva de renuncia de los vicepresidentes (una irresponsabilidad) y el consiguiente poder absoluto del fujimorismo. A pesar de las evidencias de conflicto de interés y abiertas mentiras, PPK nuevamente se salvó en nombre de la democracia, la institucionalidad  y el bloqueo al fujimorismo.  

El indulto que ha entregado PPK a Alberto Fujimori en la víspera de Navidad no debería sorprendernos. Examinando la trayectoria histórica del presidente, su comportamiento político en el pasado reciente y la necedad colectiva de ver en él al abanderado de la democracia que nunca fue, este no era solo un paso esperable, sino uno liberador para Kuckyznski. PPK es un hombre de negocios. Nunca fue un político preocupado por el fortalecimiento institucional, la memoria histórica o la lucha contra la corrupción. A PPK le interesa que el país se recupere económicamente y que haya mayor confianza para la inversión: el presidente ha calculado que con el indulto podría avanzar en esa dirección al apaciguar la confrontación política que lo puso contra las cuerdas.

Está por verse si el cálculo del presidente ha sido el correcto. PPK no solo traicionó a la base social que le permitió ganar la presidencia sino también a los individuos que lo ayudaron a sortear el pedido de vacancia. Varios políticos y periodistas contribuyeron –por convicción– a desarrollar una narrativa de defensa de la institucionalidad y los valores democráticos frente a un golpe mafioso. La perspectiva de que era inaceptable remover a un presidente electo democráticamente sin al menos respetar el debido proceso fue convincente y hasta enemigos jurados del lobismo como los congresistas del Nuevo Perú no dieron su voto –si lo hubieran dado PPK hoy no sería presidente. Hoy quienes lo respaldaron se sienten burlados. No solo porque el indulto está diametralmente opuesto a los valores que llevaron a PPK a la presidencia y lo salvaron de la vacancia, sino también porque PPK negó expresamente que indultaría a Fujimori. Para colmo, PPK anunció esta medida en Navidad, con la consiguiente carga emotiva que eso representa. Es claro que PPK calculó que al hacerlo en estas fechas la movilización ciudadana de repudio sería menos intensa. Y para rematar, su justificación en video no tuvo consistencia: afirmó de forma simultánea que el indulto era estrictamente humanitario pero hecho por el bien del país.

PPK ha traicionado al antifujimorismo, que fue decisivo para que llegara al poder y se mantuviera en este la semana pasada. Ahora se abre un nuevo escenario. La permanencia de PPK no está asegurada, en la medida en que el fondo del asunto para la vacancia se mantiene y en principio sería solo cuestión de seguir con el “debido proceso”. Así, con los informes completos y la documentación en orden, la vacancia puede producirse en la medida en que es bastante claro que PPK recibió dinero de Odebrecht y además le mintió al país. Pero para que esto suceda, los votos a favor de la vacancia tendrían que mantenerse, lo cual no está garantizado. No está claro cómo se plasmará la reconfiguración del fujimorismo: si la bancada fujimorista se dividirá entre keikistas y albertistas y qué posición política tomarán estos actores. Los keikistas bien podrían continuar en su línea de vacancia. Por otro lado un cogobierno PPK-Fujimori, lejos de garantizar la gobernabilidad, agudizaría las contradicciones y entraríamos en un espiral de confrontación que poco contribuiría al tan ansiado clima de negocios.

Por otro lado, está por verse qué tan grande y sostenida será la movilización antifujimorista contra el indulto. Esta podría continuar en el tiempo y extenderse por todo el país, exigiendo la nulidad del indulto y la renuncia o vacancia del presidente. PPK no ha conocido una oposición sostenida de la calle. Y la movilización anti-indulto podría destapar otras movilizaciones bloqueadas por la reticencia de operadores políticos frente a la fragilidad del Gobierno: movilizaciones rurales contra proyectos mineros, agenda amazónica, agenda laboral, etc. Por lo que ha sido su Gobierno, todo parece indicar que ni PPK ni sus operadores sabrán cómo combatir la movilización en las calles. Y ahí es donde PPK necesitará a los aliados que acaba de perder.

Con el indulto, el presidente apostó por la impunidad. El antifujimorismo que lo había apoyado en momentos decisivos, no lo apoyará más. Al contrario, ahora PPK deberá enfrentar la oposición de los sectores que acaba de traicionar. Está por verse si el pacto por la impunidad es suficientemente amplio para garantizar el apoyo político de los otros grupos comprometidos con el caso Lava Jato. Está por verse también si al Gobierno le queda un proyecto político más allá de sobrevivir o de asegurar la impunidad del presidente luego de dejar el poder. Lo más probable es que el aislamiento político y la confrontación en las calles que ha generado el indulto será el inicio del fin de este “Gobierno de lujo”.


Escrito por

Juan Luis Dammert B.

Ph.D en Geografía (Clark University, Massachusetts) y Licenciado en Sociología por la PUCP.


Publicado en

Ecología Política

Todos los proyectos ecológicos son simultáneamente proyectos político-económicos, y viceversa. David Harvey.